Thursday, November 8, 2012

La sonrisa del Eros



Conexion Posmorten
La sonrisa del eros o de cómo tirarse la historia

Adriana Herrera y Willy Castellanos
 
“La historia es una puta”. La urticante declaración del escritor argentino Tomás Eloy Martínez que circula en diversas versiones en el habla de Latinoamérica y los Estados Unidos, es una perspectiva perfecta para ver (R) Evolution Comics. Esta exhibición crucial en la carrera de Ivonne Ferrer (La Habana, 1968), tan mordaz como ligera –en el mal sentido del término cuando se atribuye al género femenino- supone un periplo osado: narrar la historia de Cuba desde la Colonia hasta el presente, en escenas que echan mano de la tradición gráfica cubana y se atreven a “quitar la honra” a ciertos capítulos de diversos siglos que aborda con una total libertad pictórica para desatar ese “potencial de lo obsceno” que nos reveló Georges Bataille, y crear versiones de la historia paralelas a las narraciones oficiales.
Su manera de intervenir infinidad de fuentes gráficas nos remite a la metáfora de los miles de ojos de la mosca –capaz de posarse sin aspavientos en las zonas más sórdidas de la realidad- que el mismo Eloy Martínez consideraba como la única posibilidad de asomarse a las múltiples formas del contubernio entre historia y poder. Pero su recuento visual no sólo tiene la levedad de la risa y el nada discreto encanto de lo libidinoso, sino esa licencia que da un tiempo sin utopías para burlarse de una historia de las (re) evoluciones en otros lugares de un mundo global, que a estas alturas espera más de las ficciones artísticas que de las ficciones políticas.
En efecto, estos 24 trabajos de arte cómico se nutren del prolífico universo gráfico cubano de diversos siglos que Ivonne saquea, en el mejor sentido, con la libertad de una impudicia que le permite mezclarlo promiscuamente en caso de necesidad con ilustraciones eróticas europeas. Así, usa el recurso de la risa popular para subvertir la visión homogénea del poder y reflejar esa “segunda” mirada –ese “segundo mundo”, como lo llamó Mijaíl Bajtín, que nace de lo carnavalesco.
De las formidables reservas de esa risa se nutre esta exhibición, que podría subtitularse: “De cómo tirarse la historia”, también en el más prosaico sentido del verbo, puesto que la risa se atrinchera en los mismos espacios donde se liberan los excesos del erotismo y ahí resuena más fuerte que nunca.
A estas piezas puede atribuírseles las virtudes que Bajtín destacó en Rabelais[1]: su cercanía a las fuentes populares y un carácter tan ajeno a lo oficial que  “no hay dogmatismo, autoridad ni formalidad unilateral” que pueda armonizar con su manera de someter los relatos dominantes a un tratamiento lúdico y lúbrico. La artista se apropia de la “risa de la Medusa”[2] y congela en sus imágenes un recuento que desmitifica las formas oficiales del poder y de la historia y sólo se rige por las leyes carnavalescas, desafiando el archivo a partir de la gozosa comprensión de la relatividad de las verdades dominantes que ella somete a la fuerza del eros.
La última crisis que pase contigo
Espacios de poder en la isla, como el edificio donde se ubicaba el Palacio de los Capitanes Generales en la época de la colonia en Cuba fueron a un tiempo residencia de la máxima autoridad impuesta por la corona, lugar de descanso de marineros, burdel y prisión, pero este tipo de capítulos libidinosos permanecieron ocultos.
Ivonne reactualiza al Michel Foucault de La historia de la sexualidad para descubrir desde la risa y el sexo verdades alternas conectadas no solo ya a la identidad cubana, sino a este tiempo de fin de la historia donde la mentira sigue campeando: “…Nos corresponde a nosotros extraer la verdad del sexo, puesto que la verdad está fuera de su alcance; es al sexo al que le corresponde contarnos nuestra verdad, ya que el sexo es lo que ha sido mantenido en la oscuridad”.
Por eso la artista trae a su práctica contemporánea  el uso del impulso erótico para activar la relación entre la risa popular y la historia: los excesos, al fin y al cabo han alentado a menudo una inversión del orden oficial. Este modo de género burlesco trasplantado a la revisión desmitificadora de la historia en el arte supone así una clara conciencia de las ficciones que constituyen la historia, no sólo en referencia al caos cubano  -último lugar donde se aposentó el imaginario de la utopía- sino al mundo entero.
Jacques Ranciere sostiene que ha habido una mutación del pensamiento crítico en pensamiento de duelo tras el fin de las utopías políticas: esta exhibición parece contradecirlo y proponer en cambio ese pensamiento de la risa que se remonta a la tradición burlesca medieval, pero que puede conectarse en términos del saqueo y la reapropiación de fuentes a la influencia del arte pop: durante seis años, Ivonne Ferrer revisó capítulos de la historia patria saqueando ilustraciones y grabados antiguos en un rango que abarca etiquetas de tabacos, anuncios publicitarios de productos –como el del jabón “Hace de todo” que carga de doble sentido a una atrevida imagen del tiempo de la esclavitud-, o periódicos de época, y viñetas de personajes folclóricos como La pionerita, el chino de la Charada, la bailariana del Tropicana, o carteles que contuvieron en su momento la carga de la propaganda que aquí se desbarata con la risa.
Piezas como La última crisis que pasé contigo no sólo suponen una promiscuidad de medios –collage de gráficos digitalizados impresos en tela y pintados- sino de referencias que incluyen títulos parafraseados de canciones populares, un hecho de repercusión mundial, periódicos de la época y la representación de Cuba como una mujer voluptuosa cercada por balas de claras connotaciones fálicas.
Los dinosaurios de un film de suspenso y ciencia ficción como Jurassic Park son utilizados para sugerir un mapa de Miami y La Habana como un territorio contiguo que estas criaturas, idénticas en ambos lugares, se disputan.
Una pelea cubana contra los demonios
La imagen del indio Hatuey –utilizado en el diseño de las cajas de tabaco, que se caracterizaban por una iconografía constitutiva de los temas folclóricos asociados a la identidad- es usada en una fuerte escena erótica. Sin duda, la sonriente dama blanca que se mece el enhiesto mástil del héroe puede funcionar como la encarnación de la hipócrita historia oficial, cuyo rostro plácido no parece darse cuenta de la fornicación. La figura de la Patria, femenina y con un dedo eréctil silenciando los labios, pide un silencio cómplice.
Cada escena usa la mofa y/o el sexo para desenmascarar realidades con la misma osadía con que el pueblo ridiculizaba a los poderosos en los carnavales medievales.
El alejamiento de la rígida historia que permite la perspectiva de la diversión –más propicia cuando se ve la propia isla desde la distancia- crea el espacio necesario para que la risa resuene. El camino de regreso a Cuba, a través de este arte cómico, está lleno de libertades imaginativas. Así, la exhibición incluye –en clara llave con la creación meta-artística posmoderna- no sólo una parodia gráfica llena de apropiaciones entrecruzadas, sino falsos objetos encontrados que son en realidad un entretenimiento fabricado, y el uso lúdico de documentos y procedimientos apócrifos, en connivencia con fuentes “reales” históricas.
La orgía que aparece en la pieza dedicada a Yarini, el proxeneta que devino en figura política en La Habana, es también una representación de cuán promiscua ha sido la historia patria desde la conquista, pero no menos, una mordaz alusión a cómo las revoluciones del siglo XX se tiraron la historia (en todas las acepciones populares de la palabra) en el mundo entero.
Si usualmente en la posmodernidad las apropiaciones no tienen en general una intención crítica, en R (evolution) Comics la parodia retoma un sentido teatral y definitivamente burlesco. Así mismo, el procedimiento de filiación pop en su relación con el tratamiento de gráficas encontradas, obedece a un fin -a un “telos”- completamente distinto de este movimiento: hacer un descarnado escrutinio, desmantelar o despojar de sus telas a la historia y desnudarla de tal modo que sus ardides quedan al descubierto.  Su muy compuesta versión oficial se transforma en “di-versiones” al modo de piezas que son artefactos culturales, objetos memorabilia de una época post-histórica que, como asegura Arthur G. Danto, ha permitido que el arte sea radicalmente abierto. Si el tema central del Malestar de la cultura según Sigmund Freud era la culpa, Ivonne Ferrer se la ha sacudido del todo para liderar, sin atisbo de pudor, una sonriente liberación histórica.

Exhibición:

ALUNA ART FOUNDATION | NOV-DEC 2012 EXHIBITIONS
MAIN GALLERY |From November 3rd to December 22th, 2012:
(R)Evolution Comics, a solo show by Ivonne Ferrer
FOCUS LOCUS PROJECT ROOM| From November 3rd to Dec 1st, 2012:
Pleasures of Thought | Monotypes byVictor Gomez
ALUNA ART FOUNDATION
172 West Flagler, Miami, FL. 33130




[1] [1] En Rabelais y su mundo, la obra clásica del filósofo y teórico de la literatura ruso, Mijaíl Bajtín (1895–1975), él examina el rol del humor popular y de la cultura folclórica en la edad media y en el renacimiento. El trabajo de Ferrer transfiere el recurso de la risa popular al arte contemporáneo.
[2] Definitivamente, podemos escuchar el eco de las palabras de Hélène Cixous  referidas a la libertad literaria para las mujeres escritoras de su renombrado libro, en este ejercicio de libertad artística que Ivonne ha cumplido: “Censura el cuerpo y tendrás censurada tu respiración y tu discurso al mismo tiempo. Escríbete a ti misma. Tu cuerpo deberá ser escuchado”. Su cuerpo será oído.

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