Tuesday, November 20, 2012

Una velada con Junot Díaz en Miami Book Fair International





Junot Díaz, Foto Gisela Savdie
Por: Clarita Spitz

Ante un público conformado en su mayoría por jóvenes latinoamericanos, una proeza y refrescante contradicción a la creencia generalizada de que los jóvenes hoy en día no leen, se presentó el escritor estadounidense de origen dominicano Junot Díaz, en el marco del Miami Book Fair International 2012 (Feria Internacional del Libro de Miami).
La introducción del autor estuvo a cargo de Jaie Laplante, Director Ejecutivo del Miami Film Festival, el Festival de Cine de Miami, quien describió la escritura de Díaz como tan realista, tan extraordinariamente viva y llena de imágenes poderosas y vibrantes personajes, que uno puede visualizarla de inmediato…  una escritura que es a la vez universal e íntima.
Nacido en el barrio de Villa Juana, en Santo Domingo, República Dominicana, Junot Díaz pasó sus primeros años con su madre y sus abuelos, lejos de su padre, quien trabajaba en los Estados Unidos. Cuando Junot contaba con 6 años de edad su familia emigró a Parlin, Nueva Jersey, para reunirse con el padre. Pero al poco tiempo éste los abandonó en una difícil situación económica.  Estas experiencias fueron una influencia decisiva que se refleja claramente en su obra.
Junot fue desde siempre un gran lector.  Obtuvo la Licenciatura (BA) en Inglés de la Universidad de Rutgers y la Maestría en Letras (Masters of Fine Arts) en Cornell.  En la actualidad, además de escritor, es ]profesor de Escritura Creativa en el prestigioso  Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y editor de ficción de la Boston Review.
Durante la velada Díaz compartió fragmentos de dos de sus obras más conocidas, The brief wondrous life of Oscar Wao (La maravillosa vida de Oscar Wao ), Premio Pulitzer, 2008, y This is how you lose her (Así es como la pierdes) finalista del National Book Award , premio nacional de la literatura de Estados Unidos 2012. Haciendo gala de su sentido del humor, el autor confesó: Olvidé mi libro así que voy a leer de este palm.  Salvó la situación una joven que le facilitó su copia, lo cual lo conmovió profundamente.
La sesión de preguntas del público, intercalada entre las lecturas, resultó sumamente interesante, en especial por la cercanía con que los lectores hablaron de los protagonistas de estas historias, Óscar y Yunior,  casi como si se tratara de personajes de la vida real.
La exposición de Junot, al igual que su obra, fue en inglés, salpicada de frases y expresiones en español, su lengua natal. Utiliza esto en la escritura como una técnica para reflejar una realidad, para recordar a la gente que está leyendo sobre el mundo real – declaró. Pero, con frecuencia, los lectores estadounidenses rechazan estas inclusiones. Díaz considera que esto se debe a que en la cultura estadounidense hay una hostilidad básica hacia todo lo latino, un silencio en torno a los latinos en un país que no puede sobrevivir sin ellos. El lector americano promedio encuentra cientos de palabras en distintos idiomas en un texto y nunca se queja ni piensa que haya nada difícil, inusual, contra literario o problemática al respecto. Y, sin embargo, encuentra un par de frases en español, y de repente esto se vuelve problemático.
Junot Díaz, Foto Gisela Savdie
Además - explicó el autor - parte de la esencia de la vida es ser ininteligible. Del mismo modo, no todo en un libro debe ser comprensible (…) El español no está ahí para que la gente sienta, ¡oh! ¡Está hablando de mí! Ni está allí para hacer alguna afirmación cultural enorme... Se supone que un libro contiene todo tipo de opacidades difíciles y esto debería ser normal. A menudo olvidamos, como lectores, que no comprender es parte del juego, ya que cuando no entendemos algo, tenemos que acercarnos a otras personas, pedir ayuda. Un libro se lee a solas... pero un libro se entiende en comunidad.
A la pregunta si alguna vez consideró escribir This is how you loose her en orden cronológico, respondió: Sin duda alguna la estructura del libro es intencional. Parte de lo que me impulsa a escribir y, probablemente, la razón de por qué me toma tanto tiempo escribir cualquier cosa,  tiene que ver con mi interés en escribir lo que yo llamo “juegos” (...), en el sentido que un juego es algo que hacemos juntos, algo así como un juego colectivo.  Parte de lo que me interesa de la lectura y la escritura es la idea de que armar un libro es un esfuerzo conjunto.  Mis lectores tienen que colaborar conmigo para hacer este libro juntos; yo les doy un guión o la apertura del juego y ellos juegan su papel y arman el libro como ellos quieren. (...) Parte de lo que hago es trabajar en diferentes tiempos… creo que el tiempo no es el vínculo más fuerte en la trama.  (…) Creo que el libro se mantiene unido por el conjunto de emociones que genera entre líneas, donde el tiempo no es tan importante
Habló de Yunior, un “chico malo”, personaje central de su novela This is how you lose her,  y explicó que regresa constantemente a él porque se le resiste, porque no habla suficiente, porque no expresa sus sentimientos.  Al escribir su libro Junot Díaz sabía, desde un principio, que volvería a este personaje, que quería escribir una serie de historias cortas que, finalmente, conformarían una sola gran novela. 
En cuanto al uso de la segunda persona en This is how you loose her, explicó que, específicamente en esta obra la segunda persona está ahí para indicar al lector que algo extraño está sucediendo, como un eco narrativo, que Yunior está hablándose a si mismo desde otro lugar, un lugar más adulto, un lugar más crítico.  El lector descubre en la última página que Yunior está empezando a escribir la historia, y que la segunda persona, a lo largo de la historia, le está hablando a un Yunior más jóven.
Para Díaz lo que hace difícil escribir un libro es que, como autor,  uno está pidiendo al lector, que el libro tenga la posibilidad de transformarlo. Cuando un libro realmente funciona muy bien transforma a sus lectores. Pero la única manera de que esto suceda es si en el proceso de escribir el libro el autor se transforma a sí mismo, porque ¿cómo se puede pedir a la gente correr ese riesgo si en el proceso no se somete a esa transformación? Ciertamente en los 16 años que me llevó a escribir este librito delgadito me sometí a una, y fue importante no porque a la mayoría de la gente que lo lea le pueda gustar, sino porque, de vez en cuando, habrá una persona por ahí que se encuentre este libro en algún momento y puede ser que, por alguna extraña razón, cambie su vida. Sin duda cambió la mía ¿saben?

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