Friday, February 25, 2011

SPENT: una dosis de realidad en el mundo virtual

Un nuevo juego online que nos hace 
reflexionar sobre la manera en que millones de personas deben afrontar la pobreza, brinda a Letra Urbana la posibilidad de exponer un punto de vista sobre el endeudamiento ya no como medio sino como objetivo, en una sociedad adicta al consumismo.

"Gastado"

Este jueves 24/02, BBC mundo publicó una nota sobre un nuevo juego online denominado SPENT. El mismo nos reta a sobrevivir un mes en Estados Unidos con sólo US$1.000, lidiando con dificultades financieras que inciden en nuestras decisiones al punto que debemos poner en la balanza si gastarnos nuestros últimos $400 en tratar a la mascota familiar o sacrificarla, asistir o no al funeral de nuestro abuelo o comprar un simple helado a nuestros hijos.

El juego fue creado por la agencia de publicidad McKinney en colaboración con la organización sin fines de lucro Ministerios Urbanos de Dirham (UMD) de Estados Unidos y su objetivo es enseñar a enfrentar la realidad de millones de personas, provocando empatía con la cantidad de gente que debido a sus decisiones ha terminado en la pobreza y la indigencia

"Tienes que tomar las mejores decisiones posibles. La gente en estas situaciones no lo hace no porque sea estúpida si no porque está atrapada entre la espada y la pared", dicen los creadores al sitio Mashable.

El juego comienza en una situación donde el participante se ha quedado sin ahorros, empleo ni casa, y debe sobrevivir con los últimos US$1.000. A cada respuesta a las preguntas de opción múltiple se van desplegando nuevas situaciones, consecuencia de sus elecciones.

Así, el primer paso es conseguir empleo y decidir sobre costos de alquiler de vivienda analizando factores como distancia hacia el lugar de trabajo y gastos de combustible.

Se sumarán los altos costos médicos. "Esperemos que no enfermes!" reza el mensaje luego de que nos negamos a pagar el seguro, sumándonos a la situación de muchos trabajadores de bajos ingresos. Mientras que a la hora de elegir el tipo de alimentos en el supermercado, si nos inclinamos por aquellos de menor costo, la frase "Quizá por eso los empleados con bajos ingresos son más propensos al sobrepeso", acompañará nuestra decisión. 

Otros datos que nos brinda el juego: 
  • a 4,3 millones de casas en EE.UU. les cortaron la luz por falta de pago en 2009
  • las personas de bajos ingresos son más propensas a la depresión pero son quienes menos buscan tratamiento
  • 44% de la personas que vive debajo de la línea de la pobreza utiliza el acceso a internet en librerías públicas
  • más de 50 millones de estadounidenses viven en hogares que tuvieron dificultad para comer en 2009.
Nuestra calificación final.
Luego de muchísimos sacrificios
y decisiones morales, no logramos pasar del día 28.

Cuando la situación se empieza a poner delicada -sobre todo, cuando comienzan a caer los impuestos o perdemos nuestro empleo-, la aplicación se combina con las redes sociales y nos ofrece la "opción" de pedir ayuda a un amigo en Facebook, así el juego no sólo pasa de lo virtual a la vida real, sino que también se consigue mayor viralidad para el  segundo objetivo de UMD:  dar a conocer su labor (desde 1983 proporciona alimentos, ropa, vivienda y servicios de apoyo y emergencia a los necesitados) y conseguir donativos.


El arte de endeudarse

En el artículo publicado en Letra Urbana, "Los destellos de otra verdad", Mónica Prandi analiza las consecuencias sociales de la crisis del crédito en EEUU en los últimos años. Para la autora, el hecho de que los mercados hayan encendido la pasión por el consumo, convertiendo a los sujetos en ¨consumidores¨, abrió un nuevo horizonte: la deuda. Así, "el hombre contemporáneo ya no es el sujeto consumidor sino el sujeto endeudado".
Según Prnadi, contraer deudas ya no es una excepción sino un estado permanente: "ya no se trata de endeudarse para un fin definido y excepcional de algo que se quiere alcanzar, sino que se vive en estado de deuda permanente". Y debido a que el acceso a bienes y servicios depende de la credibilidad que las personas ofrezcan al mercado para obtener su confianza, la deuda ha pasado a ser un indicador que distingue hoy a los ricos de los pobres: "En nuestros días, no tener deudas es lo que se volvió un indicador de pobreza, porque solo quienes no tienen no son confiables, no alcanzan la credibilidad para conseguir préstamos o tarjetas de crédito".

"Estos cambios propician el olvido de lo real de cada caso. En su libro La ilusión económica Emmanuel Todd afirma que la economía no es una infraestructura, es una superestructura que se apoya en una infraestructura psicológica y sobre todo antropológica. Si esta dimensión humana se eclipsa y sólo se enfatiza el valor del incremento se nos pierde la complejidad del mundo", concluye la autora.


Cuesta abajo

Aquí un estracto de un colorido relato en Letra Urbana, "Las ramas doradas", por Ada Rosmaryn. El mismo narra las visicitudes que afrontará su personaje principal luego de perder su empleo, hasta que finalmente considera la posibilidad de convertirse en un homeless.  

"De modo que fui hacia la oficina de Rodríguez confiado. Todavía no, pensé. Entonces, cuando él me dijo que prescindían de mí, me cayó como un balde de agua fría. Lo había pensado pero ahora que sucedía, me tomó por sorpresa. No lo podía creer. Que me pasara a mí, que siempre había sido tan valorado. Aunque es cierto que no tenía relaciones relajadas con los capos. Pero pensé que la eficiencia podía más que todo lo demás. ¡Qué cosa! ¡Cuando uno no quiere creer...! Antes que a mí les había pasado a compañeros míos tan eficientes como yo, y más inteligentes e imprescindibles. Uno se cree que va a ser la excepción. Ahora que me acuerdo me parece increíble haber sido tan ingenuo."

Lea la narración completa http://www.letraurbana.com/articulo/125

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