
Las pinceladas enérgicas de Willem de Kooning, las gotas de pintura de Jackson Pollock que dejan a la vista el lienzo, los cuadros monocromos de Yves Klein, la materia de los cuadros de Antoni Tàpies o los juegos geométricos de Bridget Riley fueron caminos que los artistas abstractos siguieron en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
El Museo Guggenheim Bilbao inauguró ayer una exposición de pintura de las décadas de los 50 y 60 del siglo XX con un recorrido por 80 obras, seleccionadas de sus colecciones, de autores que experimentaron con la abstracción a ambos lados del Atlántico.
El arte norteamericano y europeo de la posguerra está bien representado en los fondos Guggenheim. James Johnson Sweeney, el segundo director del Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York, adquirió buena parte de las obras que componen la exposición Abstracción pictórica 1949-1969. Selecciones de las colecciones Guggenheim inmediatamente después de su creación. El complemento llegó con las adquisiciones del Guggenheim Bilbao, que tomaron la mitad del siglo XX como punto de partida.

Letra Urbana: Jack the dripper
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