Wednesday, July 18, 2012

Falso Positivo: un acto con efecto y vigor, de la autora Maricel Mayor Marsán




    Por Jorge Antonio Pérez

 La puesta en escena de la obra Falso Positivo de teatro breve, de la autora Maricel Mayor Marsán, que se presentó de viernes a domingos desde el 8 de junio al 8 de julio del año en curso, en el Centro Cultural Español de Miami, con la participación de los destacados actores Myriam Amanda, Jesika Marcano y Hansel y la dirección de Luis Celeiro, muestra la realidad de nuestra praxis cotidiana y extiende su mensaje más allá de la inmediatez del radio de acción que abarca el drama.
     Sus tres personajes, identificados por adjetivos que resumen críticamente la esencia de su caracterización unilateral, se mueven de un nivel a otro junto al “audaz” decreto que pretende regular la brevedad del tiempo y, en la medida en que suben o bajan sus actuaciones, mientras la resolución se modifica, van transformándose ellos mismos dentro de su propio esquema.
     Maricel Mayor sigue prefiriendo los temas cercanos a nuestros “aquí” y “ahora” –y ese es un mérito–, porque el tratamiento que elige supera su propia obra, ahora más inquieta, imaginativa y cercana a los tiempos que corren. La pieza potencia un juego teatral para agilizar su estructura.
     La sala del escenario le queda chiquita a un problema que sólo el público podrá resolver, no únicamente por el final abierto, sino porque durante todo el tiempo que dura la obra, el conflicto lo está interpelando, obligándolo a reconocer y a “hacer catarsis” con ésta o aquella manifestación del problema, a nivel individual y colectivo, con perspectiva crítica.
     La madre (Myriam Amanda), en su desesperación, trata de ocultarles a sus hijos un secreto que le haría cambiar sus planes futuros. Entra a la escena cabizbaja y rompe en llanto al enterarse por unos análisis realizados que posee una enfermedad maligna. En su soliloquio conversa con Dios y se lamenta del por qué a ella le toca este padecimiento. La actriz hace gala magistral de su actuación a través de toda la obra, dejando a los espectadores boquiabiertos con su desenvoltura actoral.
     La hija (Jesika Marcano) descubre la dolencia de su madre y le plantea en un discurso conmovedor su ayuda incondicional y todo lo que está dispuesta a hacer para ayudarla monetariamente. Aquí se revela la capacidad de esta joven actriz, que se muestra fresca, bondadosa e ilusionada en un fehaciente desarrollo teatral.
     El hijo (Hansel), personaje optimista y dinámico, al enterarse de este secreto por su hermana, pese a que ve truncadas sus aspiraciones por la enfermedad de la madre –el planeaba terminar sus estudios para ingresar en la universidad con la ayuda monetaria que la madre ha ido ahorrando en una cuenta en el banco–, está dispuesto a ayudar a la madre al igual que su hermana.    
     La vena creativa de Maricel Mayor Marsán queda probada con la fuerza de su imaginación y su oficio, aparte de su dedicación constante a la búsqueda de un cosmos teatral.
     Estimo que el espectador ha salido de la pequeña sala conforme y complacido y que merece otras puestas en escenas como ésta.
     En términos generales, hemos presenciado una nueva creación que ha contribuido a mostrar un tema de gran interés por parte del público, unida a la fuerza dramática de sus actores y toda la intensidad inherente al teatro breve.
     Falso Positivo, como toda creación teatral, ha exigido una integración orgánica de todos sus componentes. Y así, en sus todas dimensiones, se ha alzado como una pieza digna de celebrar, gracias a la participación de este equipo formado por los actores, el director que dirigió la puesta en escena y la autora de esta obra, Maricel Mayor Marsán, a quien hoy debemos este primer acto de efecto y vigor.


Jorge Antonio Pérez nació en Pinar del Río, Cuba (1956). Poeta, ensayista, prologuista, comentarista y crítico de arte. Entre sus poemarios publicados se encuentran: Cuarta Dimensión de la Tarde (2000); Inusitado Abril traen sus manos (Pegaso Ediciones, 2001); Sobre un rayo de luna cabalgando (CEPI, 2006) – Mención de Honor del premio de poesía “Salomón de la Selva” 2006; y Envuelta en magia claridad de aurora (CEPI, 2007) – poemario ganador del premio Salomón de la Selva 2007. Ha sido ganador de varios premios literarios en certámenes locales e internacionales, tales como: Primer premio del V Certamen de Poesía al Amor y del VI Certamen de Poesía al Mar – Conil de la Frontera, Cádiz, España (2001); Primer premio en el género de teatro “Alberto Gutiérrez de la Solana” y en el género de poesía “Eugenio Florit” del CCP en Nueva Jersey (2007), entre otros. Forma parte del libro Homenaje a Miguel Hernández en su centenario (Ediciones Baquiana y CCE, 2010). Sus poemas, cuentos, crónicas, ensayos y artículos han aparecido en publicaciones y antologías en varios países, tales como Argentina, Costa Rica, España, Estados Unidos, Francia y Venezuela.

Friday, July 13, 2012

Radical Genealogy: the Decline of Dauphins, Courtesans and Hounds


UNA PARÁBOLA DEL PODER ABSOLUTO EN HARDCORE CONTEMPORARY ART

Por Adriana Herrera Téllez y Willy Castellanos Simons

La exhibición A Radical Genealogy: the Decline of Dauphins, Courtesans and Hounds (Genealogía radical: la decadencia de delfines, cortesanas y sabuesos) de Carlos Gámez de Francisco, curada por Adriana herrera y Willy Castellanos (Aluna Curatorial Collective), presenta por primera vez en Miami el trabajo de este joven artista cubano residente en Louisville. Hardcore Art Contemporary Space inaugura el sábado 14 de julio, día de la Toma de la Bastilla, esta exhibición que retoma la estética de este periodo histórico para indagar, a través de videos, animaciones e instalaciones, en el tema atemporal del deseo ilimitado de poder.

Carlos Gámez de Francisco se apropia de la atmósfera opulenta -y decadente- de la monarquía francesa en tiempos de la Toma de la Bastilla para establecer una parábola sobre el poder absoluto. El humor negro sirve como hilo narrativo de muchas escenas pictóricas que hacen converger lo cruento y lo absurdo con la ostentosa moda de la época. Cada marco abre una ventana a la historia y funciona paralelamente como espejo profético: en su fondo se atisba el destino que aguarda a los personajes que merodean en los excesos del poder. 

Sus diversos modos de perpetuación, a veces asociados al eros pervertido, desembocan –como en las diversas series del artista- en las taras genéticas (que se imponen como metáfora de las sociales) y en la condena a muerte que la Revolución Francesa asoció a la guillotina.  

Sobre las series

The Last Words of Louis XVII

La serie de pinturas y el video titulados The Last Words of Louis XVII expone el fetichismo de ciertos objetos o indumentarias como expresión del modo en que todo sistema absolutista penetra las  expresiones de la individualidad, homogeneizándolas. 

La elección de una estética preciosista, encarna esa fascinación por la peligrosa suntuosidad que exhala el poder. Los mecanismos de opresión y servilismo se multiplican en todos los espacios. No es extraño que algunas damas sostengan objetos como pequeños hombrecillos que visualmente se asemejan a los insectos prendidos a sus atavíos. La animación correspondiente desemboca en el trágico destino reservado a quienes comen el fruto de la desmesura, y revela la relación entre el eros del poder y el acecho de la destrucción.

Genealogía del poder

La perpetuación en el poder, bajo la modalidad de la excesiva duración individual y de su transmisión hereditaria, se representa en un árbol genealógico en el que florecen, a causa de la consanguineidad, las taras genéticas. La alusión a ese fenómeno que marcó la aristocracia europea de los siglos precedentes resuena tácitamente con las nuevas formas contemporáneas del nepotismo. Con agudeza, el artista correlaciona de modo atemporal las formas de promiscuidad en el poder con la decadencia y degeneración social.

Moda radical

La ritualidad de los trajes como investidura que transfiere sus atributos a quien los porta, obedece a que reflejan las negociaciones del poder tanto en la corporalidad individual como en el cuerpo social. La noción del lujo varía con las épocas pero siempre se asocia a los privilegios ofrecidos. La seducción que ejercen entre quienes sucumben ante las insinuaciones del poder, se refleja de modo oblicuo en estas mujeres que anudan -y enredan- cuerpos y trajes con una narrativa oscura. La famosa atracción hacia al abismo de una libido sin contención es tan fuerte y engañosa como la seducción que ejerce la libido imperandi, el deseo del poder ilimitado.

Los comedores de granada

La alusión a la granada, fruto exótico en Cuba, tiene una referencia biográfica para el artista, que nació en la antesala del Período Especial y creció experimentando restricciones económicas y migratorias. La fruta representa el exotismo de lo que está afuera y no podrá ser probado hasta cuando se logre dejar la isla. Es objeto del deseo y metonimia de todo lo vedado.

La evocación de “los comedores de Granadas”, personajes que sí tienen acceso a ésta –como podrían tenerlo quienes aún estando en Cuba disfrutan de alimentos privilegiados por su particular relación con el poder- se inspira en el film ruso El color de la granada, que Gámez de Francisco vio tras haber fijado su residencia en los Estados Unidos. La recurrencia a esa estética predominante en los años de su formación supone un acto de retorno que contiene la paradoja del exilio: ahora que puede comer “granadas” evoca ciertos imaginarios con una inconsciente carga de nostalgia. El fruto deja de ser símbolo de lo prohibido para funcionar como objeto de todo cuanto pierden quienes dejan sus tierras en cualquier tiempo y lugar como efecto de los desmedros del poder.